jueves, 18 de noviembre de 2010

El primer contacto genético entre Europa y América se produjo cinco siglos antes de la llegada de Colón


Diversos restos arqueológicos y antiguos relatos evidencian que los vikingos pisaron tierras americanas siglos antes de la llegada de Cristóbal Colón. El poblado vikingo descubierto en L'Anse aux Meadows, en Terranova, Canadá, y textos medievales islandeses como la Saga de los groenlandeses, escrita en 1200, y la Saga de Erik el Rojo, de 1260, apuntan a que estos incansables exploradores empezaron a llegar a la costa estadounidense a partir del siglo X.


Un equipo de científicos, entre ellos Carles Lalueza-Fox y Federico Sánchez Quinto, investigadores del Instituto de Biología Evolutiva, centro mixto de la UPF y el CSIC, conjuntamente con la Universidad de Islandia y la empresa biofarmacéutica deCODE Genetics, ambas en Reikiavik, han descubierto por primera vez que esta presencia precolombina tiene, además, una base genética. El trabajo se ha publicado en la revista American Journal of Physical Anthropology.

El equipo de expertos ha encontrado la respuesta en el análisis genético de cuatro familias islandesas que, actualmente, constituyen un grupo de 80 personas. Hasta ahora, se sabía que los genes de los actuales habitantes de la isla procedían de los países escandinavos, de Escocia e Irlanda, pero se desconocía que el origen fuera más lejano.

Una huella amerindia fue introducida por una mujer

Los científicos han encontrado un linaje genético de origen amerindio, y han reconstruido las genealogías hasta cuatro antepasados cercanos al año 1700. Si provienen de un mismo antepasado, es evidente que debe situarse antes de esa fecha.

El linaje encontrado, denominado C1e, es además mitocondrial, lo que significa que estos genes fueron introducidos en Islandia por una mujer. "Como la isla quedó prácticamente aislada desde el siglo X, la hipótesis más factible es que estos genes correspondieran a una mujer amerindia que fue traída desde América por los vikingos cerca del año 1000", ha manifestado Lalueza- fox. "Curiosamente, este hecho habría estado oculto por el hecho de ser una mujer, un personaje anónimo", añade del investigador del IBE, coautor del trabajo.

El estudio tiene su origen en el hallazgo, hace cuatro años, de cuatro personas islandesas con un linaje mitocondrial C típico de los indígenas americanos y del este de Asia, y en cambio ausente en Europa.

"En un primer momento se pensó que procedían de familias asiáticas establecidas recientemente en Islandia, pero cuando se estudiaron las genealogías familiares, se descubrió que las cuatro familias provenían de cuatro antepasados situados entre 1710 y 1740, todos ellos de la misma región del sur de Islandia, próxima a la enorme glaciar Vatnajökull ", detalla el investigador del IBE.

Los genes islandeses, una base de datos muy relevante

Para determinar que esta pequeña parte de los genes del continente americano habrían pasado a Europa, los investigadores han utilizado la base de datos familiares de deCODE, que recoge las genealogías de todos los islandeses y hasta el 80% de los islandeses que han existido.

Esta información es de gran utilidad para el estudio de enfermedades genéticas complejas. La población de Islandia (con cerca de 320.000 habitantes) es lo suficientemente grande como para que todos los trastornos que afectan a los europeos estén presentes y, a su vez, suficientemente pequeña para que sea posible controlar la diversidad genética.

Ahora, los científicos buscan algún trazo precolombino con la misma secuencia genética. "Hasta ahora hemos retrocedido hasta principios del siglo XVIII, pero sería interesante encontrar en Islandia restos más antiguos con esta misma secuencia. En primer lugar deberíamos buscar en la misma región de la que proceden las cuatro familias con el marcador amerindio, ya que sus antepasados deberían estar enterrados allí", añade Lalueza-Fox.

Trabajo de referencia:

Sigridur Sunna Ebenesersdóttir, Ásgeir Sigurdsson, Federico Sánchez-Quinto, Carles Lalueza-Fox, Kári Stefánsson y Agnar Helgason (2010) " A New Subclade of mtDNA Haplogroup C1 Found in Icelanders: Evidence of Pre-Columbian Contact?", American Journal of Physical Anthropology. DOI 10.1002/AJPA.21419.

Fuente: www.upf.edu

viernes, 23 de julio de 2010

La migración a América fue más variada de lo pensado

Sus restos óseos fueron hallados casi completos en 2002 en lo que hoy es la península de Yucatán. Estiman que tienen unos 10.000 años de antigüedad. El estudio revela que hubo más migraciones del centro y sur de Asia.

Científicos mexicanos y franceses lograron reconstruir la probable apariencia de “La mujer de Las Palmas”, uno de los tres esqueletos más antiguos de América, hallado en una cueva inundada en el sureste de México.
Los rasgos “son semejantes a los de poblaciones del sureste asiático, lo que indica que las migraciones que poblaron América no sólo llegaron del norte de Asia sino también del centro y del sur”, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un comunicado.
“La Mujer de las Palmas” vivió en la Era de Hielo (hace 10.000 años) en lo que hoy es la península de Yucatán, y fue descubierta en 2002 por especialistas del INAH. Según expertos, los restos óseos son de una mujer de 44 a 50 años, con 1,52 metros de estatura y un peso de 58 kilos.
El esqueleto “fue encontrado prácticamente completo (90%) en muy buen estado de conservación y pudieron practicársele los más avanzados estudios de antropología forense”.
La escultura de cuerpo completo, realizada en Francia, puede ser vista en la exposición 390 ppm. Planeta alterado. Cambios climáticos y México, en la ciudad de Guanajuato.
A la fecha los restos humanos más antiguos en América son los pertenecientes a la llamada “mujer de Naharón”, de 11.600 años de antigüedad, los cuales fueron hallados en un cenote de Quintana Roo. Alejandro Terrazas, antropólogo físico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), declaró que la restauración de “La Mujer de Las Palmas” se hizo a partir de criterios de antropología forense. Terrazas destacó que la fisonomía de la mujer no corresponde con las características de las poblaciones indígenas mexicanas ni con las de los pobladores más antiguos de América, como los paleoamericanos y los amerindios. “Su rostro se asemeja más a la gente del sureste asiático, como la de Indonesia”, dijo. “Lo que nos revela ‘La Mujer de Las Palmas’ es que hubo más migraciones del centro y sur de Asia, a partir de las cuales se dio una evolución local en América, acarreando una gran diversidad de poblaciones ya existente durante la época de la cultura clovis (13.500 años)”. Son aproximaciones, “porque nunca se podrá estar completamente seguro de cuál fue la fisonomía de los primeros pobladores de América”.

Fuente: Tiempo Argentino